domingo, 17 de agosto de 2008

¡Aquí estamos!

Pues sí, ¡aquí estamos! La familia. Del latín familía (famulus: "esclavo doméstico"... ¿qué tal, eh?) La primera acepción (Cada uno de los significados de una palabra según los contextos en que aparece) que refiere el Diccionario de la lengua española, vigésima tercera edición de la Real Academia Española (www.rae.es), dice: "Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas"; en ese sentido no somos familia, por lo que recurro a la segunda acepción: "Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje" ¡Ahora sí!, somos una familia. Al continuar con las posibles definiciones de "familia", me gusta la octava, aplicable en biología: "Taxón constituido por varios géneros naturales que poseen gran número de caracteres comunes", también desde esta perspectiva totalmente naturalista somos "familia", ¿no? Ya sé que ahora hay que definir taxón o taxon, que es correcta con o sin tilde o acento; se define como: "Cada una de las subdivisiones de la clasificación biológica, desde la especie, que se toma como unidad, hasta el filo o tipo de organización"
Ahora bien, más allá de las meras definiciones, este artículo de Wikipedia, la enciclopedia libre (http//es.wikipedia.org/wiki/Familia) puede resultar interesante; transcribo una selección: "... la familia encuentra su origen en el matrimonio, consta de esposo, esposa e hijos nacidos de su unión y sus miembros se mantienen unidos por lazos legales, económicos y religiosos.. (Claude Lévi-Strauss)... En oposición a este enfoque, Radica Coomaraswamy defiende que "no se debería definir la familia mediante una construcción formalista, nuclear, la de marido, mujer e hijos. La familia es el lugar donde las personas aprenden a cuidar y a ser cuidadas, a confiar y a que se confíe en ellas, a nutrir a otras personas y a nutrirse de ellas"... Desde luego que es indispensable reconocer la historicidad del concepto, asunto por demás complejo y que escapa un poco al sentido de este blog; no obstante, finalizo el presente con tres conceptos:
1. En las sociedades primitivas la familia era una unidad económica: los hombres cazaban mientras que las mujeres recogían y preparaban los alimentos y cuidaban de los niños.
2. El esquema de familia predominante en las sociedades industrializadas tiene también una base utilitaria, al permitir la trasmisión de capitales económicos, simbólicos y sociales.
3. En contraposición a los puntos de vista anteriores, la doctrina católica sostiene que la familia es un don natural, querido por Dios y fundado en el matrimonio de un hombre y una mujer.

Y tú ¿qué opinas?

miércoles, 6 de agosto de 2008

Ante el alud de visitas a mi Blog (0), respuestas a mis correos electrónicos (3) y comentarios personales (2), inició la publicación con un cuento que escribí hace casi tres años.
LA IDEA
Al principio le pareció que la idea no era mala, pero conforme se enfrentaba a la tarea mecánica de colocar una tras otra las letras y luego las palabras y luego las frases, las oraciones y los párrafos, así como desechar metafóricamente las hojas gracias a la presencia de la lap top, se percató que había hojas, párrafos, oraciones, frases, palabras y letras a las que, al parecer, sólo les faltaba una cosa: la idea.
Conforme continuaba en la labor le era más evidente lo que ya se había advertido a sí mismo hace mucho tiempo: falta de oficio, cualquier cosa que eso pudiera significar.
De cualquier forma (¿o debía decir por fuerza, manera? Forma como sustantivo puede entenderse como modo, método, aspecto, estructura, figura o modelo, pero si se emplea como verbo es posible que se entienda como constituye, compone, hace o educa… Después de esa reflexión tuvo que volver varias veces a leer el poco más del centenar de palabras escritas para tratar de rescatar la idea.)
De cualquier modo (así que un sinónimo de manera, ¡claro! cuando se emplea como sustantivo, ¿es modo?; entonces ¿no es cierto que dos cosas iguales entre sí sean iguales a una tercera? ¡Diablos! ¡Que intrincado es el lenguaje!)
De cualquier forma, manera y modo se le hizo más evidente que uno de los problemas para avanzar en LA IDEA era precisamente la falta de oficio.
Imperceptiblemente apareció en la página en blanco: LA IDEA.
Ahora la tarea, contrariamente a lo que pudiera suponerse, se volvió más difícil y angustiante; de pronto advirtió que el problema no era el orden de las palabras: artículo, sustantivo, verbo y complemento: el perro mueve la cola (¡hasta para un lego resulta obvio que la cola es el complemento del perro!) o la lucha entre sinónimos y antónimos o cualquiera de los infinitos subterfugios que esconde la gramática española… el problema era peor: apareció LA IDEA como una estrella fugaz.
Y no hace falta forzar más la metáfora.
Cerró cuidadosamente los programas abiertos: el procesador de textos, el reproductor de música, la conexión a Internet; apagó la computadora (quizá sería mejor ordenador, como dicen los españoles) y la guardó con la meticulosidad en él habitual.
Tomó nuevamente sus libros y se dispuso a precisar la noción de heliotropo y heliozoos que debería explicar al día siguiente a sus alumnos, para que comprendieran otra de las muchas diferencias habidas entre el reino vegetal y el animal.
Ahí, perdida y a punto de expirar entre cientos de miles de bytes de memoria libre, quedó LA IDEA.

sábado, 2 de agosto de 2008

...y al principio era el caos

Este es mi primer escrito en este medio, para mí novedoso, pero muy difundido para mucha gente. Como espero que vari@s de mis amig@s contemporáne@s accedan a este Blog y emitan comentarios, me permito hacerles saber que hay que tener una cuenta en Google, lo que implica sólo asignarse un nombre de usuario y una contraseña y luego emitir su comentario a lo que vamos a ir escribiendo. Recuerden que es un espacio dedicado exclusivamente a las letras: cuento, poesía, novela, ensayo, crónica, crítica literaria y otros estilos que ayuden a intercambiar ideas, opiniones, hallazgos, ocurrencias y toda clase de subterfugios destinados a "perder el tiempo", pero que cualquier comentario es bienvenido. Si por alguna razón prefieren mantenerse en el anonimato, entonces escriban a mi correo electrónico de siempre: osoriovich@hotmail.com o al nuevo de Google: marioluisosorio@gmail.com, o mejor aún, si lo prefieren, llamen a casa e inviten a tomar cerveza o a desayunar si no hay más remedio. Un abrazo a tod@s.